viernes, 28 de diciembre de 2007

Lars, creo que ya no eres el jefe

¿Quién no puede reconocer las señas características del genuino realizador danés en cada uno de sus largometrajes? Controvertido y transgresor, creador del dogma y el siempre alabado por la crítica, Lars Von Trier, distinguía sus historias por la crueldad dramática que esenciamente transmitían cada una de ellas: un alma caritativa encarnada en cuerpo de mujer acaba siendo el blanco y cabeza de turco de un sistema dogmático o circunstancias abrumadoras que acaban sobrepasando a la protagonista de turno y gracias al grado de mezquindad que impresivisiblemente puede llegar a alcanzar la raza humana, acaba convirtiéndose en una verdadera víctima y mártir esplendorosa igualándose casi con la divinidad.
Rompiendo las olas, Bailar en la oscuridad, Dogville...y su úlimo filme El jefe de todo esto, no tienen nada que ver... o sí. Una historia larsvontriana en claves de comedia que no acaba de cuajar, es el resultado de este experimento cómico que despertaba la curiosidad en mí como crítica. Podríamos decir que nuestro querido Von Trier lo intenta. Sin embargo, en algunos momentos de 'risa', que sabes que guardan su lógica humorística, me veía incapaz de soltar la carcajada. Puede que sean muchas situaciones de guión desaprovechadas, debido a la presentación de sus imágenes, más propia de una de las historias tristes y crueles a las que nos tiene acostumbrad@s. Pero el producto final seguía siendo un pastiche de elementos más o menos conseguidos que no acaban de conseguir el puntillo que apunta la receta.
Dicen que la línea entre la comedia y la tragedia es muy delgada (si no que se lo pregunten a Woody Allen...), y en este caso, quizás le falte una atmósfera más alegre o un matiz de naturalidad y fluidez, para que podamos sentirnos a gusto y no respiremos entrecortadamente cada vez que se utiliza un desenfoque inoportuno.
O el personaje principal es demasiado estúpido o el clímax final que se alcanza es demasiado ridículo... Pero la mera mención de Gambini, el caricaturesco y estereotipado islandés --que a veces puede llegar a ser lo mejor de la película con sus bestiales frases contra la población danesa--, algunas partes innecesarias --como el affaire de la rubia explosiva y el actor protagonista-- y el ridículo final se tambalean en la fina línea de la brillante absurdez y el sisentido insulso.
Como las carcajadas me las tuve que inventar, creo que desde el punto de vista de una servidora, está visto en qué lado de la cuerda cayó la concepción del último bandazo dado por el director escandinavo.
He de añadir que la idea original es buena y los actores lo hacen lo mejor que pueden, pero aún así el barco final naufraga, no estrepitosamente, mas no acaba de convencer.
No terminaré sin antes mencionar una escena que se ilumina como un fogonazo de este maestro de la tragedia griega en medio de toda la preparada parafernalia de comicidad (la escena en la que no se sabe si todos los empleados de la oficina acabarían en la calle). En ese momento, pensé que realmente la mano de Von Trier está por encima de cualquier historia y sólo él es capaz de filmarlas de esa manera que corta la respiración, te deja la mente sobria y la boca seca y sin aliento. Realmente, Von Trier sigue siendo un genio y único.



Así pues, no pasa nada, maestro. Te perdonamos este escarceo por esta vez.

lunes, 1 de octubre de 2007

El alma en una canción

Nunca me había gustado Penélope Cruz. Mosquita muerta, poca cosa, morritos... Siempre se encuentran excusas para que desechar algo que rechazas en una primera instancia. Sucede hasta que las cosas cambian en algún punto del camino y tienes la humildad de reconocer esa inflexión. Ese preciso momento se cumplió al oír el sonido seguro del caminar de sus tacones, al ver su trasero con más prominencia en la pantalla, escuchando un tono más arrabalero y sentiendo un implacable poderío y fuerza innata. En resumidas cuentas, una nueva Pe bajo las fachas de uno de sus personajes. Un baño en otra nueva personalidad que no tenía ninguna relación con lo que Pene Cruz siempre ha supuesto para mí.

Era a Raimunda a la estaba viendo -"Aquí estoy yo y olé mi arte"-. La admiración que despiertan en mí ese tipo de mujeres, me ha hecho irresistible no enamorarme de esta creación del controvertido director manchego. Compruebo por primera vez que Penélope Cruz es actriz.

Ya era hora de que algún español nos descubriera tan artísticamente el alma profunda de Castilla. Quizás peco de ignorancia, pero hasta donde yo sé (que tampoco es que sea una experta), deben de haber pasado décadas antes de poder encontrarnos con un director que realizara de manera tan safisfactoria una historia tan bien construida y entrañable. Entrañable porque cada uno de los personajes de Volver te llega hasta las entrañas.

La gran mayoría del cine español padece de lo mismo. Se intenta mezclar costumbrismo y humor con un trasfondo de ternura. Pero en ese tándem, uno de los tres pilares siempre acaba por flaquear. Volver es una de esas películas que ha elaborado la mezcla a la perfección, y además, impregna a cada uno de sus fotogramas con un toque de poesía. La poesía que se puede encontrar en una peluquería, en un barrio periférico de Madrid o en las casas antiguas de los pueblos de La Mancha. La cuestión es primero, verla. Luego, saber enfocarla. Después de la trágicamente sufrida Hable con ella, Almovódar acaba superándose una vez más. Éste último largometraje dispone de humor y costumbrismo en la perfecta medida para hacernos reír y llorar de una imagen a otra. Imaginarnos que no estamos viendo una película, sino sumergirse en las alegrías y tragedias de una vida tan real como la del vecino que saludamos todos los días o la persona que aparece delante del espejo.

El alma de nuestras vidas atrapada en una canción...'Volver'


'Aquí estoy yo y olé mi arte'

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Hoy atardeció

Embriagada de pasión, me he apresurado a ver la segunda parte de Antes del amanecer en el videoclub más cercano que he encontrado. He de decir que no me imaginaba cómo podrían desarrollar una segunda parte sin "cagarla" demasiado (ya se sabe eso de que las segundas partes nunca fueron buenas...). Sin embargo, esta secuela me ha sorprendido. Unos protagonistas más maduros e irónicos que siguen conservando la química que un principio les hizo perder la cabeza.

Con un enfoque mucho más realista, nos volvemos a encaramar en la sucesión de diálogos por los que transcurre la historia, a reír y naufragar con la pareja protagonista, aunque no obstante, percibiendo un toque más agridulce que en su parte predecesora. Con el tiempo a contrarreloj, los personajes vuelven a enfrentar sus sentimientos, siguiendo una nueva coherencia argumental. La sinceridad y el análisis de episodios personales vuelven a ser bazas importantes en el desarrollo del reencuentro. Otro escenario más actual, una Julie Delphy con unas cualidades más agudizadas y una nueva y agradable elegancia sentimental a la hora de estremecernos con una canción tocada y sacada de la propia cosecha de la Delphy.

Aunque se intente ocultar bajo la máscara del desengaño y la experiencia. Antes del atardecer sigue cayendo inevitablemente en el idealismo del amor, conservando concienzudamente vivo su espíritu hasta el final. Un final incluso más expectante que el del principio, que consigue dejarnos sin aliento una vez más.




"Ey, boy, your gonna miss your plane"

Ayer amaneció

Jodidamente idealista. Ahora después de disculparme por el taco, acepto que no he podido reprimir el adjetivo que define esta película. Vale que todos pensemos en el amor verdadero, su existencia, sus metáforas y todas esas cosas, vale que exista un 0,1% de posibilidades de encontrar a tu media naranja y a partir de una conversación casual en un tren, pasar un día juntos en París y enamorarse hasta la médula... Antes del amanecer cumple todos esos requisitos y supera todos los límites de la ingenuidad. Admito la posibilidad con escepticismo y denotado entusiasmo y a partir de aquí prosigo con el resto de la crítica.

En primer lugar, he de resaltar su originalidad: una historia que confiere gran importancia argumental al desarrollo de unos diálogos desenfadados, honestos y sin complejos con los que pasas una hora y media como pez en el agua, navegando en la química que trasmiten las miradas de Ethan Hawke y Julie Delphy. Una historia que no necesita violencia, sexo, drogas ni acción para llegarte a las entrañas. Más bien te hace poner los pies en el suelo, sin necesidad de recurrir a episodios dramáticos concienciadores ni exagerados. Presenta una sincera radiografía de las relaciones y declara los miedos e inseguridades más comunes que a todos nos azotan en algún momento de nuestra vida sentimental.


El incipiente romance parece una mera excusa para liberar una serie de discursos y episodios que hacen reflexionar y profundizar a los personajes en la verdadera naturaleza del comportamiento en sus respectivas acciones. La exposición de cómo funciona una relación sincera, sin tapujos y la superación de las crisis empezando por la aceptación de los propios errores. Una verdadera lección rematada con un apasionado broche final que mantiene en el aire ese espíritu idealizante que embarga desde el principio al fin todo el largometraje.

Sin duda, no se puede dejar de creer en el amor.

Aunque solo vivas de la voluntad de intentarlo.

martes, 17 de julio de 2007

Todos tenemos una isla en nuestro interior

Me parece imposible irme de vacaciones sin hablar de La Isla de Kim Ki-Duk. Y también parece que cuanto más se supone q no debes hacer una cosa más ganas tienes de hacerla... :P

Esta película sale sola. Es dramatismo y sentimiento en estado puro. No hacen falta palabras para expresar las emociones más intensas. Casi diría que la ausencia de diálogo dota de vehemencia, misterio y atracción a las emociones humanas.

Kim Ki-Duk muestra como es habitual en su filmografía a unos personajes en el borde de la marginalidad, desgarrados, animales de la naturaleza. Y una historia desarrollada a través de las reacciones desbordadas del animal humano. Porque eso es lo que parece el ser humano, una criatura de Dios temblando bajo el yugo de la lluvia y el dolor.

El escenario está inundado. Inundado por un inmenso lago que no encuentra su final. Al igual que el límite de la pasión, o ¿puede ser el miedo a la soledad agudizada por la inmensidad de la naturaleza?

Como siempre la moralidad está neutralizada. Casi se olvida la diferencia entre el Bien y el Mal cuando ves a esos animales amándose.

miércoles, 11 de julio de 2007


CLOSED


Ciertos acontecimientos que están sucediendo en mi entorno me superan, así pues dedicaré el verano a culturizarme y a prepararme para continuar con la edición de este blog.


Gracias a toda esa gente que se ha molestado en leerme y en compartir sus opiniones conmigo.


Volveré



lunes, 25 de junio de 2007

Ríete o tápate los ojos

Como venimos constatando en los últimos bombazos orientales que tienen la suerte de llegar a nuestras carteleras españolas, la pasión por la perfección visual y la desbordante y arriesgada composición plástica, heredera directa del manga, convierten el argumento y la narración de Old boy en un film de una calidad mucho más mejorada que si de una realización al uso se tratase.

Excesiva, rozando el ridículo, a punto de precipitarse desde la delgada y endeble cuerda de la credibilidad es la manera en la que se suceden los puntos de giro de esta historia de venganza y suspense. Lidiando entre lo inverosímil, Park Chan-wook hace creíble y apasionante una tragedia sencilla y excesiva que rebusca y enreda el hilo argumental con el objetivo de sorprender al telespectador hasta el último segundo.

Un comienzo que quita hierro a un secuestro de 15 años, suaviza la violencia y brutalidad, saca partido de la frivolización de la tragedia, exagerando la vehemencia de la misma hasta convertirse en caricatura; una doble baza que el director surcoreano va alternando equilibrada y concienzudamente.

Un desarrollo atípico, y un final aún más incoformista, nos aclaran las raíces y los impulsos por los que se mueve el mundo... una imposible historia de amor que se aferra por existir.



Si es que al final es el amor el que tiene la culpa de todo...

sábado, 16 de junio de 2007

Lila dice, pero sin pronunciar palabra


"Me gusta tu mirada cuando te hablo..."

Mírala a los ojos y tiembla.
La gentil ingenuidad y la simultánea osadía de Lila se presentan al espectador con la evocación de las más provocadoras imágenes oníricas recitadas por de la boquita de un ángel.
Una explosiva sensualidad desplegada con la turgente voluptuosidad de Vahina Giocante adentra, en un primer lugar, al reservado e intimidado protagonista, Chimo, en un desconocido universo repleto colores y sensaciones. La sola presencia distante de Lila, convertida en su musa, le corta la respiración y rasga su interior. Por un segundo es totalmente vulnerable, una masa informe que se desmenuza, un alma incapaz de hablar e incapaz de actuar ante otra presencia que le roba los sentidos, las fuerzas, la voluntad.

La actuación perfectamente calibrada de la rubia actriz se balancea entre una calculada inoncencia y el borde de la zafiedad más despreciable. Una escuálida frontera que en ojos y boca de otra actriz quizás no hubiera dotado de toda la magia y exotismo que contiene la película.
Su director, el libanés Ziad Doueiri, ha sabido exprimir al máximo la mayoría de las secuencias.
Destaco quizás la mejor de ellas en toda la proyección: un simple paseo en bicicleta muestra al espectador como una suburbial atmósfera urbana se convierte en un poético escenario, donde el alumbramiento de tiernas emociones se desatan a través de la manifestación de un cuadro repleto de delicadeza y dulzura donde se desenvuelven los primeros coletazos del amor.
Su mejor baza es su tratamiento artístico, tanto la estupenda banda sonora como la realización, que elevan a esta historia de amor a un nivel superior más allá de la clásica presentación cinematográfica de la iniciación amorsosa en la adolescencia. Podríamos decir que Doueiri hace poesía.
Respecto al desarrollo y los demás temas sociales que se presentan, los personajes secundarios y el desarrollo final de los acontecimientos muestran un previsible desenlace. Los últimos puntos de giro de la historia no se encuentran al mismo nivel que el tratamiento artístico. Personajes secundarios y cuadros sociales estereotipados o ese final condescenciente "made in Hollywood" restan credibilidad y potencial a una historia que podría haber sido realmente transgresora y conmovedora.
Aún así, la mera sonrisa queda y los movimientos de Giocante te dejan sin habla ante todo ese torrente de delicadez y poética. Un útlimo mensaje final que declara las intenciones de Lila es también una baza de sinceridad y realismo que descubre la verdadera esencia de Lila.
Las apariencias como siempre engañan. A veces hay que mirar más allá de las palabras para adivinar la vulnerabilidad que se esconde detrás de la coraza.

Requiem por un sueño

Solo se puede entender como el consecuente remolino suicida, casi inevitable, al que nos dirige un camino sin otra posible opción que su abandono: la adicción a las drogas. El tratamiento videocplipero, subjetivo y surrealista del entramado de las distintas experiencias de los personajes, nos muestra un mismo destino aberrante e irremediable: la autodestrucción.

Un Aranofsky que se regodea en la condenada perdición de los protagonistas y disfruta con la agridulce frustación de los sueños que atesoramos íntimamente más allá de las miserias de la vida. Una inmersión en el diminuto universo personal abocado a un infierno mudo, desamparado e ignorado ante los ojos de la sociedad.

Una película que juega con la delicada mirada de Jennifer Connelly y la asumida y abrasadora soledad de Ellen Burstyn para ponderar y engrandecer el horror de la incompresión individualista y la insolidaridad de la contemporaniedad.
Las buenas intenciones, los deseos, los sueños... se quedan en la imaginación, en el insuficiente y ahogado intento por cumplirlos. "Tenemos un ganador", esa parece ser la máxima final que atrapa a una mujer abandonada del cariño de un hijo, concentrado en construir su futuro aparte. Una historia acompañada por una excelente banda sonora que actúa como leit motiv del inminente y apocalíptico discurso de los acontecimientos y se adapta a las almas afligidas como agua de lluvia. El éxito como equivalente de la felicidad.



El deslumbrante brillo del falso camino hacia lo deseado.

La Dalia Negra

La última película de Brian de Palma es como siempre un film trabajado y controvertido. Se nota que el guión con ese final, no es propio de una historia escrita por mi querido director. Su firma se revela en la resurrección de la elegancia del cine noir. Cada fotograma contiene esa esencia de clásico perdida en la evolución del cine americano (hacia lo horterilla :P) Es como un cuadro vivo de mujeres fatales y policías corruptos de la posguerra. Me encanta la estética. Es perfecta. Y ha sido la mejor manera que ha podido el italiano de rodar esta sórdida leyenda y disimular sus fallos de guión. Aunque me ha disgustado la recurrente utilización de una música que confiere al film cierto tinte de dramatismo telenovelero. Por último, destaco la brillante actuación de Hilary Swank, metida de lleno en su papel de femme fatale, sensual y peligrosa, tan contraria a los personajes antifemeninos a los que nos tenía acostumbrad@s. Se podría decir en dos palabras: lo borda. Es una actriz como la copa de un pino. ¡Cómo me enamora su personaje! Una actuación eclipsada por la publicidad mediática concedida a una insulsa y anodina Scarlett Johansson (no sé si por el personaje o por esa cara entrada en trance que no hace más que estrechar morritos... ¿qué le verán, verdad Raquel? :P). Josh Harnett está aceptable dentro de su limitada capacidad de interpretación jiji y Aaron Eckhart se defiende bastante bien. Conclusión: la película está bien y destaca por la dirección de Brian de Palma. Merece la pena, aunque tiene fallos de guión y un tratamiento sensacionalista en ocasiones excesivo. No os preocupéis e id a verla sin prejuicios... Total, ¿quién hace caso a los críticos?

Piratas del verano

Decidida a retomar la subjetiva, laboriosa y estimulante labor de criticar el Séptimo Arte, la verdad es que, desde que no me paso por aquí, tengo varias joyitas y no tan joyitas guardas en el cajón de mi memoria. Empezemos por lo más fresco, respecto a lo que a las novedades de la cartelera se refiere, procedamos a echar una mirada critica (y nunca mejor dicho) a la segunda película de piratas que nos regala la industria Disney, Piratas del Caribe.

El cofre del hombre muerto, de nuevo de la mano del estadounidense Gore Verbinski. En primer lugar, resaltar el ritmo aún más trepidante que consigue esta segunda parte, superando a la primera de esta futura trilogía, con la aplicación de una milimetrada precisión tanto en el encadenamiento de las escenas cómo en el cuidado de los escenarios, caracterización de los personajes y escenas de acción perfectamente coreografiadas, que a la vez coordinan humor, acción y tempo de una forma magnifica. La caricatura de los personajes recuerda a algunas de las viejas glorias disneyianas, las cuales no desencajarían en un musical. Sin duda, nos encontramos ante una película tan bien construída a nivel real que podría pasar por ser una de dibujos animados.

A parte de esto, reconozcámos que no se puede encontrar una historia de amor con peso ni un melodrama con profundidad más allá de la explotación de los tópicos héroes (cómo el que da vida Orlando Bloom, siempre con su gesto solemne y hermético), o en este caso, el intento de Keira Nightley por dar vida a un personaje más verosímil que no sea interpretarse a ella misma. Por descontado, sin el talento de Johnny Depp, esta gran película terciada, nunca hubiera sido la misma y quizás no hubiera alcanzado el éxito suficiente como para producir las dos secuelas.

En resumen, esta es una película que no te concede tiempo para tomarte un respiro ante las mútliples ocasiones límite y al borde la muerte en la que se encuentran los personajes. Acción acción, acción, como una buena película de aventuras se merece. Un final un poco abrupto, pero weno, consideremos globalmente como una segunda parte comestible y visible, aunque con cierto riesgo de empacho.

La sumersión en un mundo fantástico les encantará al público infantil, (seguro que si fuera una peque la consideraría una de mis películas favoritas :P). No le pidamos peras al olmo.

Robemos las orquídeas

Original donde las haya. Las crisis personales de creatividad, fundadas en las caídas de la autoconfianza es un fantasma muy común entre los lares de las mentes imaginativas. Eso es precisamente lo que quiere comunicar Charlie Kauffman, el guionista de Cómo ser John Malcovich en su segunda colaboración con Spinke Jonze. ¿Acaso no nos hemos visto bloqueados alguna vez a la hora de enfrentarnos a un proyecto intimidante? En estas épocas veraniegas, el nihilismo puede centrífugarnos por la más mínima causa. El peor enemigo eres tú mismo. Un amigo mío ha perdido las ilusiones, y esta película me recuerda a esa sensación. La falta de pasión que siente el guionista protagonista, bordada con la magnífica actuación de Nicolas Cage, se asemeja al vacío de la vida de Susan Orlean, la periodista y autora del libro El ladrón de orquídeas basado en las epopeyas de John Laroche por apoderarse de las estrambóticas flores del título.
La dualidad de la personalidad también es personificada por el hermano gemelo de Charlie Kaufman, interpretado por el propio Cage. Como si fuera blanco y negro, la noche y el día, la inseguridad y la autoestima, el positivismo y el pesimismo, se juega con la presencia de esa doble baza que permanece en nuestras mentes a la hora de tomar decisiones.
Las complicadas y concienzudas tramas de esta película convergen de manera consecuente en un desenlace sorprendente. Un romance entre el burdo ladrón y la estirada periodista es tan ilógico y verosímil como la vida misma, el desencadenamiento de los acontecimentos es llevado al extremo al provocar que la construcción de un guión pueda conllevar a un guionista al riesgo de un peligro vital.¿El precio de la felicidad? ¿La lucha por la inspiración? ¿El riesgo de la verdad? Esta película sugiere muchos dilemas, las respuestas se dan de una manera divertida y desconcertante. Lo bueno es darse cuenta de que éstas no son tan complicadas.


¿Alguna vez habéis descubierto la pasión que despiertan las flores?
Como dice Kuaffman, lo que busca en su adaptación es "una historia de flores", no asesinatos, ni persecuciones, ni otro tipo de tramas. Efectivamente, la pasión por las flores también mueve corazones.

Domino

Domino
Indomable y desenfrenada es nuestra película de Tony Scott., al igual que el espíritu sediento de autenticidad y adrenalina que tiene nuestra Domino Harvey. Emocionado por el empacho de juegos pos-productivos en la narración de los acontecimientos, este falso biopic de la modelo inglesa, reconvertida en una cazarrecompensas, es una arriesgada apuesta inconformista y reivindicativa de un estilo propio. Con ello, el otro hermano menos conocido de los Scotts quiere legitimar un montaje nacido de la publicidad y el videoclip, que ataca a nuestros cinco sentidos de forma eficaz y apremiante, a la vez que cuenta con una sustancial historia, en la que encajan sorpresivamente todas las piezas. Este déficit por exceso de malabarismos visuales, tampoco agrada a todo el mundo. He de reconocer que a las 11 y media de la noche, con la cabeza algo abortagada, a una servidora le costó seguir el ritmo cardíaco al que Tony Scott somete a su propia creación. Esta predilección por los excesos no solo se refleja en la inyección forzada y aceleramiento del número de imágenes por minuto, sino también en los propios derroteros de la historia, que se burla de su propia seriedad y consigue escapar de lo previsible. Surrealista, caótica, trepidante, en ocasiones frívola... Esta película alcanza una visión profundamente subjetiva, donde la sordidez se combina con un espíritu idealista redentor. Aquellos que se decidan por esta atrayente producción, que no esperen 'una de acción' o un thriller a antigua usanza. Cuando menos te lo esperas, Scott inyecta un chute de mezcalina...

Superman Superman...

La verdad es que mi primera impresión sobre la continuación de la saga de Superman, no fue muy buena. El nuevo traje no me atraía xDYa sé que tampoco es una gran razón de peso, pero la modernización del superhombre no la veía por ningún lado. Incluso ese pequeño rulillo que le caía en la frente a lo John Travolta en 'Grease' fue un gran detonante para dar por perdido mi interés en la nueva continuación de Bryan Singer. ¿Cómo puede el nuevo Superman tener el mismo traje y peinado que Christopher Reeve? ¿Acaso necesito que algunas películas se adapten a mi forma de pensar contemporánea?Después de todos mis prejuicios expuestos sobre la mesa, no sé si os sorprenderéis, pero al ver el trailer en la sala de otra película, me entraron ganas de tremendas de verla. Pensé que cabía la posiblidad de que fuera una buena película, con el añadido de un hombre perfecto como protagonista que con el que todas hemos soñado y no desalienta en absoluto ver. Bryan Singer: otra de mis razones. Me pareció que detrás de ese director que solo se ocupaba de películas de acción y héroes de cómic existía un artista que concebía la vida de esos personajes con trasfondo real y dramático. En otras palabras, creía que podría conseguir que todo adulto o persona que tenga alguna inquietud más allá de ver efectos especiales, podía incluso llegar a emocionarse. Como me ocurrió con X-men. Las cuales no me disgutaron nada, al contrario que la última de Brett Radtner (¿se escribe asÍ?). En fin, que después de todos estos juicios y deliberaciones, decidí entrar a ver a ese moreno de ojos azules y con buena planta al que habían elegido como protagonista. La historia me pareció bastante plana. El guión pobre. La idea argumental bastante original. Lo que realmente me gustó es la admiración del propio Singer por Superman. Puedo notar que le ama en cada uno de los fotogramas y en la última perorata que suelta el héroe como sentencia final y mítica. Pero sinceramente, me esperaba algo mejor. Menos deducible. Puede que me esté haciendo mayor y haya perdido la emoción por ver a mis superhéroes favoritos. Aunque la adaptación de Batman begins de Christopher Nolan me confirma que no. Bryan Singer, sabemos que le amas, pero podrías haber hecho una película menos tópica que hubiera encumbrado al hombre más perfecto creado por la mente humana. Un resultado pasable. Aunque las dotes de interpretación de Brandon Routh han sido un descubrimiento bastante sorprendente de lo que me sugería esa cara de palo tan seria de los fotogramas publicitarios. ¿Por qué será que los hombres serios y vengadores me dan la sensación de simpleza cuando realmente son los únicos que tienen cojones de hacer lo que se tiene hacer?La verdad, Brandon, que a pesar de la cara de palo que han difundido por todos los rincones de la ciudad, creo que has sido el mejor actor que podían haber elegido como Superman. Incluso, tu interpretación me ha permitido ver a un verdadero Clark Kent más allá de tus ojazos azules. Enhorabuena.

No es sólo lucha, no es sólo jabón...

El club de la lucha, la verdad que es una película que no deja de fascinarme. Siempre que tengo ganas de ver una de las que me he comprado, aparece en mi mente 'el sudor frío de Jack' y esos diálogos interesantes que demuestran un gran verdad de forma inteligente y graciosa.A veces tengo inclinación por las mentes o actitudes contracorriente. Es decir, la propia convicción justa cuenta, aunque el número de tus opositores sea toda la población del mundo mundial. Esas típicas frases de "Si todo el mundo lo dice", "La gente piensa lo mismo"... Pueden intimidar al principio. Sí, acojona. Pero, si tú eres de otra opinión, ¿por qué has de seguir la general si no la compartes? Hace poco leí una frase que se me quedó marcada --> Solo los peces muertos siguen la corriente del río Y la verdad es que me gusta mucho. Tampoco quiere decir que me guste la gente que lleva la contraria por sistema. En el fondo lo que estimo son personalidades auténticas. De ahí mi disgusto a los copieteos, mi manía de ver la mayor parte de las veces filmes independientes, de los que están hartos en mi casa jajaVolviendo a El club de la lucha, es una película que no me puede servir más en bandeja algo excitante: una sola mente brillante pone en jaque inteligentemente el sentido de la vida que estamos viviendo. Su crítica es tan buena...la superficialidad, la razón profunda de nuestras acciones, el valor de nuestros actos...El cáncer de esta sociedad es el sinsentido de nuestra vida. "¿Y ahora que tengo trabajo, qué hago?" Rememora Tyler. "Pues cásate", es la respuesta de su padre. Su forma de contarlo es magnífica. Es destornillante ver cómo el piso de Jack vuela por los aires y se va a vivir a una casa a punto de caerse a cachos sin agua, con goteras, lavarse la ropa con cepillo de dientes y constatar que Jack ya no tiene insomnio. Cada vez le preocupa menos si llega al trabajo con uno ojo hinchado, con la camisa blanca manchada de algunas gotitas de sangre y sin corbata.Jack está siendo más libre y más feliz que nunca. Tirando por tierra ese mundo donde predominan los valores erigidos por la publicidad. Donde estamos acosados en gran parte a pensar materialmente. Él y Tyler divertida y inteligentemente disfrutan de esa realidad llamada 'El club de la lucha', empezando por desprenderse de todo lo que le ata a esa cadena consumista. Cada una de las reflexiones de Jack, te enriquecen la mente. Es una continua reflexión que realizas mientras te ríes. Cada vez que quiero guarecerme en algo, parece que sumergiéndome en esa película cuyo nombre puede dar la impresión de una historia de puños y poco seso, entre Jack y Tyler me siento como en casa. A veces me da la sensación de que sólo estoy de acuerdo con vosotros, chicos...jjAquí os pongo un pequeño corte... A ver sentís ese calor hogareño que siento yo :P